Incertidumbre, outsiders y divisiones: un escaparate de la realidad colombiana / Incertitudes, divisions et outsiders : un aperçu de la scène politique colombienne

Incertidumbre, outsiders y divisiones: un escaparate de la realidad colombiana


Yaanua Cornudet por el OEC


La primera vuelta de las elecciones presidenciales sorprendió con un escenario histórico en Colombia al destacar dos “outsiders”, dos candidatos en ruptura con el "orden establecido" para la segunda vuelta. Sin embargo, frente a Rodolfo Hernandez, Gustavo Petro aparece como el candidato más tradicional. Este último consiguió afirmar su electorado, llegando a un firme y leal 8.5 millones de votantes (o 40%, siendo históricamente una de las cifras absolutas más altas obtenidas en primera vuelta), pero esta cantidad aún no le será suficiente para alcanzar la Casa de Nariño el 19 de junio. 


Apenas anunciados los resultados, figuras del uribismo y el candidato del Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez, se sumaron al ingeniero: los 28% de la Liga, sumados al 24% de Fico superan al electorado del Pacto Histórico. Como se muestra, los primeros sondeos del Centro Nacional de Consultoría destacan 41% para Rodolfo Hernandez, 39% para Gustavo Petro y 20% no determinados (5% en blanco, 14% indecisos y 1% por ninguno). Estas elecciones podrían verse decididas por dos grupos mayores entre los votantes colombianos: los abstencionistas y las mujeres. Para apuntar a la victoria, el congresista sigue una estrategia múltiple, que destaca los rasgos de la realidad política y social colombiana. 


La abstención llegó este 29 de mayo al 65%. Sin embargo, 55% es la participación más alta que se ha obtenido en Colombia en las últimas décadas (una razón más por la que esta primera vuelta es histórica). El descontento hacia lo establecido en la política colombiana fue canalizado por los dos favoritos, representando cada uno a su manera el cambio que busca una gran parte de la población. No obstante,  Rodolfo Hernández disfruta de una imagen novelera, al ser una figura relativamente nueva en la carrera presidencial y apuntar por una estrategia completamente fuera de lo común. Frente a él, Gustavo Petro al tener su electorado establecido, tiene también una fuerte oposición: sea por su pasado guerrillero, su carrera en el Congreso, o el miedo a un supuesto extremismo. Sus críticos son muy firmes. Él busca renovar su imagen, posicionándose en negación de lo imprevisible e incontrolable de Hernández. Ha apuntado a una cierta moderación al obtener el apoyo de figuras del centro como el ex-precandidato Alejandro Gaviria o el exsenador y codirector de Alianza Verde, Antanas Mockus, pero también al apoyarse por primera vez en sus carrera en otra figura. A lo largo de la campaña, se ha ido evidenciando cada vez más la imagen de Francia Márquez y se ha buscado destacarla cómo la verdadera figura del cambio, siendo una mujer, líder afrocolombiana y sin experiencia en algún cargo de gobierno. Atrajo así el apoyo de la ex fórmula de Sergio Fajardo, Luis Gilberto Murillo y de la periodista cabeza de lista del Nuevo Liberalismo Mabel Lara, sumando votos de un centro muy fragmentado y casi ya inexistente. La estrategia utilizada por el Pacto Histórico permite igualmente hacer un énfasis en la cuestión femenina, apuntando y denunciando las polémicas afirmaciones de Rodolfo Hernandez sobre las mujeres, y ciertas propuestas que perjudicarían a la mujer ama de casa y a la que trabaja en medios informales. Sin embargo, las mujeres, que superan a los hombres colombianos en cantidad de votantes, parecen votar mayoritariamente por Rodolfo Hernandez, por lo que esta cuestión se puede volver crucial en el momento de decidir entre uno u otro candidato. 


Frente a un posible estancamiento en su cifra electoral, Gustavo Petro, quien se había preparado a una victoria en primera vuelta o en una segunda vuelta frente a Federico Gutiérrez, orienta su velero hacia una recuperación de votantes del centro y de abstencionistas, modulando su imagen personal y la de su partido frente a un outsider explosivo. Sigue buscando apoyos del centro, que a su turno espera, espera ciertas garantías, en particular sobre el punto de la política tributaria. Sorprendentemente, también logra atraer a unos pocos votantes del Equipo por Colombia


Si esta segunda vuelta muestra el fin de la continuidad política que parecen buscar los colombianos, se destaca entonces la complejidad de la Colombia del cambio, entre el miedo a la izquierda, el desinterés por la política canalizado por las redes sociales y la fragmentación de la esfera política. Desde el centro, se han presentado reacciones muy diversas, indicando una falta de unidad política. Algunos se fueron inmediatamente con Petro, Sergio Fajardo intentó negociar con Rodolfo Hernandez quien rechazó sus propuestas, y otros han apuntado al voto en blanco. Por otro lado,  la derecha uribista que se lanzó a la Liga por sus valores conservadores -a pesar de que este haya sido un partido apoyado por anti-uribistas-  enfrenta una cierta división, que parece tornarse tímidamente hacia Petro. 



 

Incertitudes, divisions et outsiders : un aperçu de la scène politique colombienne 


Yaanua Cornudet pour l'OEC


Le premier tour des élections présidentielles a surpris avec un scénario historique en Colombie où deux “outsiders”, deux candidats en rupture avec l'establishment, arrivent au second tour. Cependant cette fois, face à Rodolfo Hernandez, Gustavo Petro semble être le candidat le plus traditionnel. Ce dernier a réussi à affirmer son électorat, atteignant un nombre ferme et loyal de 8,5 millions d'électeurs (soit 40%, historiquement l'un des chiffres absolus les plus élevés jamais obtenus au premier tour), mais cela ne lui suffira pas pour atteindre la Casa de Nariño le 19 juin. Dès l'annonce des résultats, des figures de l'Uribisme et le candidat du Equipo por Colombia, Federico Gutiérrez, ont rejoint l'ingénieur : les 28% de la Ligue, ajoutés aux 24% de Fico, dépassent l'électorat du Pacto Histórico. Comme pour l’illustrer, les premiers sondages du Centro Nacional de Consultoría donnent 41% pour Rodolfo Hernandez, 39% pour Gustavo Petro et 20% non déterminés (5% blancs, 14% d'indécis et 1% aucun). Cette élection pourrait être décidée par deux groupes importants parmi les électeurs colombiens : les abstentionnistes et les femmes. Pour viser la victoire, Petro suit une stratégie multiple, qui met en avant les caractéristiques de la réalité politique et sociale colombienne. 


L'abstention a atteint 65 % le 29 mai. Pourtant, 55 % est le taux de participation le plus élevé de ces dernières décennies en Colombie (une raison de plus pour laquelle ce premier tour a été historique). Le mécontentement à l'égard de l'establishment politique colombien a été canalisé par les deux fronts, chacun représentant à sa manière le changement souhaité par une grande partie de la population. 


Etant une figure relativement nouvelle dans la course à la présidence et visant une stratégie tout à fait inhabituelle, Rodolfo Hernández jouit d'une certaine popularité dans l'opinion publique. Face à lui, Gustavo Petro dispose d'un électorat établi, mais se heurte également à une forte opposition, que ce soit à cause de son passé de guerrillero, de sa carrière au Congrès, ou de la crainte d'un supposé "extrémisme". Ses critiques semblent très fermes et peu disposés à changer d'avis. Le candidat cherche pourtant à renouveler son image, se positionnant à rebours de l'imprévisible et incontrôlable Hernández et visant à incarner une certaine forme de modération. Il a d'ailleurs obtenu le soutien de figures centristes comme l'ancien pré-candidat Alejandro Gaviria ou l'ancien sénateur et co-directeur d'Alianza Verde, Antanas Mockus, et s'est appuyé pour la première fois de sa carrière sur une figure extérieure. Tout au long de la campagne, l'image de Francia Márques a gagné en importance et a été mise en avant comme la véritable figure du changement - étant une femme, leader afro-colombienne, étrangère aux institutions d'État. Francia Marquez a ainsi permis de gagner le soutien de l'ancien colistier de Sergio Fajardo, Luis Gilberto Murillo, et de la journaliste et tête de liste du Nuevo Liberalismo, Mabel Lara, attirant les voix d'un centre très fragmenté et quasi inexistant. Elle a également permis à Petro d'insister sur la question des femmes, en soulignant et en dénonçant les déclarations controversées de Rodolfo Hernandez sur les femmes, ainsi que certaines propositions controversées, visant les femmes au foyer et celles travaillant dans le secteur informel. Toutefois, les femmes, qui sont plus nombreuses que les hommes en Colombie, semblent voter massivement pour Rodolfo Hernandez, de sorte que cette question pourrait devenir cruciale au moment de choisir entre un candidat ou l'autre. 


Face à une possible stagnation de ses scores électoraux, Gustavo Petro, qui s'était préparé à une victoire au premier tour ou à un second tour contre Federico Gutiérrez, a orienté sa stratégie vers une récupération des électeurs du centre et des abstentionnistes, modulant son image personnelle et celle de son parti, face à un outsider explosif. Il continue à chercher le soutien du centre, qui demande des garanties d'une certaine modération, notamment avec sa politique fiscale, mais parvient également à attirer un nombre étonnamment faible d'électeurs de Equipo por Colombia. 


Si ce second tour montre la fin de la continuité politique que les Colombiens recherchent, il met en évidence la complexité de la Colombie du changement, entre la peur de la gauche, le désintérêt pour la politique canalisé par les réseaux sociaux et la fragmentation de la sphère politique. Au centre, les réactions ont été très diverses, témoignant d'un manque d'unité politique. Certains sont allés immédiatement avec Petro, Sergio Fajardo a tenté de négocier avec Rodolfo Hernandez qui a rejeté ses propositions, et d'autres ont mis en avant leur préférence pour le vote blanc. D'autre part, la droite Uribiste, qui s'est jetée dans la Liga pour ses valeurs conservatrices (malgré le fait qu'elle était en partie un parti soutenu par des anti-Uribistes) fait face à une certaine division qui semble se tourner timidement vers Petro. 







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