Entretien avec Juan Gabriel Valdés sur Haïti et le Chili

Politicien et diplomate chilien, ancien Ministre des Affaires Etrangères du Chili (1999-2000) et ancien directeur de la Mission des Nations Unies pour la Stabilisation d´Haïti (2004-2006). Interview réalisée pour OPALC par Pierre Lebret (CEPAL).

 

HAITI

 

Pierre Lebret: Usted conoce muy bien Haití, hace muy poco estuvo ahí, y quería saber cuál es su percepción de la situación en la cual se encuentra el país caribeño.

Juan Gabriel Valdés: Yo diría que desgraciadamente en Haití ha habido procesos de avances que luego retroceden, y volvemos a un statu quo negativo. La elección presidencial pudo significar un motivo de avance, en la medida en que se acepto un resultado, se eligió un parlamento, y se dio una situación en la cual el gobierno tenía que negociar con un parlamento que le era adverso. Con el curso del tiempo las disputas entre el presidente y el parlamento, primero demoraron enormemente el nombramiento del primer ministro, y luego cuando se produjo ese nombramiento, se ha producido una disputa entorno en la inmunidad parlamentaria, en concreto la inmunidad de un parlamentario que fue arrestado por el ministro del interior, se ha producido una renuncia del ministro de justicia, y en definitiva hay una situación de disputa que en vez de focalizar la atención política en los asuntos principales y más serios de Haití, la focalizan en un asunto de tercera categoría. Ahora, con todo hay también preocupaciones más de fondo, si uno escarba por lo que acabo de decir, se da cuenta que hay una vuelta al poder de una elite que desapareció durante veinte años de la escena política de Haití y que son los duvalistas, y ese retorno al poder de ese grupo inquieta sumamente a quienes estuvieron de distintas maneras en el gobierno desde que fue elegido Aristide, la primera vez, es decir después del 86 cuando se fue Jean Claude Duvalier, y que han sufrido una serie de divisiones y de destrucciones y de pugna muy grande, pero si hay algo que los une a estos sectores es su distancia y su antipatía hacia los sectores que apoyaron a la familia Duvalier...

 

PL: Y el hecho de que el Presidente actual fuera un político poco tradicional...

Juan Gabriel Valdés: Yo creo que agrega pero agrega menos, digamos que es más visto en el extranjero como un político no tradicional que en Haití. En Haití es visto como una persona, a menos por quienes lo describen como adversario suyo, es visto como un político de la era de Duvalier, o un joven político de la era de Duvalier, rodeados de amigos suyos que también son vistos como ex políticos de la era de Duvalier. Ahora, esto se ha traducido en dos expresiones de problemas. El primero es, un cierto trato autoritario que se ha expresado frente a la prensa por parte del presidente, y también el arresto de este diputado que parece un atentado en contra de la inmunidad parlamentaria y el rol del parlamento. Y el segundo problema, ha sido el planteamiento de la reconstitución del ejército que es una cuestión que produce en Haití enormes preocupaciones, inquietudes y pasiones. Por lo tanto siento por una parte, una serie de disputas políticas expresadas de manera poco trascendente que dificultan la gobernabilidad del país, y segundo una serie de preocupaciones más de fondo que puede efectivamente constituir una pugna de largo plazo que impida que esa gobernabilidad ni siquiera se intente. Ahora, en ese contexto, el problema es que el dinero que está disponible o que podría estarlo para los haitianos, para la reconstrucción del país no se canaliza, porque no se encuentra interlocutores claros y permanentes.

A estas notas más bien pesimistas, yo quisiera también decir algo positivo. Mi impresión personal, es que las diferencias y las distancias que existen, no deberían ser tantas. Y que la comunidad internacional debería pedir una cierta, un proceso de reducción de las pasiones políticas de tal manera de poner frente a los haitianos al problema real de fondo que tiene que ver con el nivel de miseria y destitución que está viviendo la inmensa mayoría del país. El primer ministro es un hombre extremadamente sensato, con experiencia internacional, con una visión de las cosas moderadas, y que efectivamente podría constituirse en un puente entre el presidente y el congreso. Hacer funcionar una democracia en las condiciones que esta Haití es muy difícil, y nosotros tenemos que admirar también que los haitianos insistan en la manifestación democrática. Por lo tanto, siento que hay elementos que permiten mirar una luz, pero naturalmente la situación sigue siendo muy preocupante.

 

PL: América Latina ha sido una región elogiada en los últimos años, por los esfuerzos realizados en reducir la pobreza y la desigualdad, o bien por el buen manejo de la economía, y de la crisis actual. Es posible la realización de un Plan Marshall para Haití desde Latinoamérica?

Juan Gabriel Valdés: Lo veo muy difícil. Una de las cosas desilusionantes que hay, es que los países de América Latina han hablado más que practicado su solidaridad con Haití. Es evidente que Brasil ha sido el más atento y el más vigilante, y más abierto en entregar ayuda a Haití, ha dado una ayuda importante. Pero en el caso de Chile por ejemplo, más allá de la presencia militar, en las fuerzas de paz, no existe ningún plan real de apoyo a Haití, y no lo veo tampoco en el resto de los países de América Latina, que son países de desarrollo relativo. Aquí lo que yo siento, lo que yo creo que debe darse, es que el fondo que se constituyo en Naciones Unidas y que tenía una dimensión precisa, habían cinco mil millones de dólares para ser gastado en los próximos dos años y había un fondo que llego a ser de doce mil millones de dólares en términos de promesas. Ese fondo debería ser implementado y perseguido por los Estados Unidos, los Estados Unidos son el principal vecino de Haití, como es obvio tiene un interés muy grande en la estabilidad de Haití. Los Estados Unidos han podido al mismo tiempo sentir un alivio con las presencias de las tropas latinoamericanas y de las tropas de Naciones Unidas, yo creo que el compromiso norteamericano en Haití es muy fuerte y debe entender que el impulso a la gobernabilidad es esencial para que esos fondos puedan canalizarse.

Pero hay otro punto que quiero decir, que me parece crítico. Es demasiado evidente ya! Que Haití, no puede seguir siendo el paraíso de las asociaciones no gubernamentales.

 

PL: me adelanto. En qué sentido es un paraíso?

Juan Gabriel Valdés: es decir que las ONG han invadido Haití de una manera que resulta atentatorio contra los intereses del pueblo haitiano. Parece una paradoja lo que digo, pero si en Haití no hay Estado, y en Haití no se permite el desarrollo del Estado, y el Estado significa autoridades, ministerios, alcaldes, gente que trabaja y toma decisiones a nivel municipal, gente que se preocupa de la responsabilidad de limpiar la basura, o proteger a la sociedad, si vamos a seguir teniendo unas ONG que invaden el país y toman decisiones como si el Estado no existiera, naturalmente...

 

PL: no hay regulación...

Juan Gabriel Valdés: no ha habido regulación, y quiero decir algo, las autoridades haitianas me contaron en mi último viaje, que a pesar que se habían comprometido algunos gobiernos, que tienen mucha presencia de ONG en Haití, a limitar el número de ONG, cada tres días le entregaban nuevas listas para que el gobierno haitiano autorizara la presencia de estas ONG en distintas partes del país. Como se ha dicho por muchos observadores, el carácter negativo de la presencia de las ONG va desde el encarecimiento de la vida en Puerto Príncipe, cuyos departamentos para sectores medios se ha vuelto inaccesibles, precisamente por la oferta en dólares de las ONG que se radican en Puerto Príncipe. Hasta los temas de que un alcalde queda perfectamente anulado cuando aparezca una ONG que decida construir el puentecillo o van a construir el canal, y la organización que el alcalde tenía preparada para eso, termina trabajando para la ONG con posibilidades de ingreso durante tres semanas o un mes mucho mayor al que podría tener con el Estado haitiano, pero naturalmente con un nivel de destrucción de todo lo que había sido organización comunitaria. Por lo tanto creo que lo de las ONG es un asunto serio, entiendo que el presidente Clinton está mirando este asunto con la misma preocupación que el resto. Leí una declaración suya muy dura al respecto al tema de las ONG. Pero una sociedad como la americana, es muy difícil establecer limitaciones a esto, francamente, solo el Estado haitiano puede hacerlo.

 

PL: y cuál es la posición del Presidente Michel Martelly?

Juan Gabriel Valdés: yo creo que el presidente ve también con preocupación el tema. Pero no hemos hablado el tema, pero yo creo que si el primer ministro ve con igual preocupación este tema, el ministro de relaciones exteriores también, yo pienso que el gobierno haitiano tiene que ser ayudado a tomar decisiones al respecto, que puedan controlar en alguna medida esta permanente injerencia que no lleva nada positivo.

 

CHILE Y EL CLIMA POLÍTICO



PL: Algunos me expresan con preocupación que Chile ha vuelto a polarizarse, las manifestaciones estudiantiles que duraron más de seis meses y que no dejan de ser valiosas, un clima político donde el consenso y el dialogo parece ser muy difícil dentro de la misma clase política chilena. Qué pasa con Chile hoy día?

Juan Gabriel Valdés: (risas)

 

PL: se despertó la sociedad civil, se cuestiona profundamente un modelo?

Juan Gabriel Valdés: Yo creo que nosotros estamos en un proceso de inflexión, quiero decir con eso, un cambio de rumbo. Y yo creo que los chilenos tienen que darse cuenta de ese cambio de rumbo. Este es una sociedad en que los elementos extremos han siempre existido, a veces en las sombras, a veces en la opinión privada y a veces en la opinión pública. Y el equilibrio de la sociedad, es que el centro se constituya desde la derecha a la izquierda una fuerza lo suficientemente cohesionada como para que el orden público y la republica puedan existir. En este país ha habido fascistas toda la vida, y hay que recordarse que los sectores dominantes de este país estaban con Alemania en la segunda guerra mundial. Y por la izquierda siempre ha habido grupos que tienden a una suerte de actitud vandálica, no tiene ningún propósito particular más que demostrar la odiosidad y el rencor que ha producido muchos siglos de estructura de clases rígidas, con dominaciones basadas en la fuerza. Por lo tanto, esta es una sociedad que tiene y que va consigo una herencia, en mi opinión, no resuelta de antagonismos y de rencores que hacen que la sociedad tenga explosiones muy amargas en un momento particular de su historia.

Entre paréntesis, los volúmenes sobre la historia de Chile, que se publicaron hace diez años atrás, y que van desde la memoria de las guerras con los Mapuches, hasta la memoria de las guerras civiles del siglo XIX, la guerra civil del noventa y uno, y después los procesos de la dictadura de Ibañez y lo demás hasta Pinochet, constituyen demostraciones que cuando Chile tiene esas confrontaciones violentas, que las tiene cada cincuenta año, cada ochenta año, esas situaciones no se resuelven, sino que quedan abiertas. Lo que se hace, es simplemente hacer que no ocurrieron. Y por lo tanto llega un momento en que muchos de los actores que participaron en esto y que no han solucionado para nada sus problemas de sentimientos, y sus ansias de revancha, vuelven a aparecer.

Ahora, claro que yo veo como preocupante, que algunos sectores de izquierda, pero son muy pocos, no rechacen a los grupos de ultra izquierda que rompen cosas y que se han transformado en una especie de lacra a la espalda de los estudiantes. Y por otro lado, también veo muy preocupante que un partido como la UDI se soporte, se tolere que un alcalde, de una comuna tan principal de Chile como es Providencia, le rinda homenaje a un individuo que fue un torturador en Chile y que está condenado a 114 años de cárcel! Entonces, ahí, hay motivo para preocuparse.

Pero yo pienso que nosotros estamos enfrentando esta situación por una cuestión más de fondo, que es el hecho de que el modelo de desarrollo que nosotros hemos tenido hasta ahora, es un modelo evidentemente en cuestión hoy. Y ese modelo de desarrollo se va a orientar, no solo por razones de transformaciones ideológicas internas, lo menos por razones ideológicas internas, pero si mucho más por los fenómenos internacionales que estamos viviendo. Y veo venir un plan nacional de desarrollo, o una propuesta nacional de desarrollo, que se va a acercar mucho mas a una visión cepaliana que una visión neoliberal de chicago que fue de alguna manera u otra, la que empapo muchas de las expresiones de la economía y del desarrollo hasta ahora. Hay que acordarse de que, ministros de hacienda, incluso en el periodo del Presidente Ricardo Lagos, se atrevían a decir en el exterior: "nosotros no elegimos a los ganadores, en Chile los ganadores lo elige el mercado". Algo que no era verdad, sino que además dejaba ver una mentalidad en la cual el Estado no tenía nada que decir en materia de desarrollo. Y yo creo que hoy día existe una voluntad de volver a poner el tema del desarrollo por delante, yo no lo estoy viendo solamente en los empresarios, sino que la rebelión entorno a la educación tiene que ver precisamente con que la gente quiere quitarle al mercado ciertas áreas de la sociedad que consideran que no deberían estar en el mercado.

 

PL: De hecho, hoy, la OCDE puso sobre la mesa un informe en el cual indica que Chile es el país en el cual las personas gastan más en salud...

Juan Gabriel Valdés: Exactamente, y eso a pesar de que se hizo una reforma que todos pensamos que iba a resolver todos los problemas, que es el Auge. Entonces tenemos una situación en la cual prácticamente todo esta entregado a una lógica de mercado. Yo que me dedico tanto a la ciudad de Valdivia! Bueno la ciudad de Valdivia se le corto la carretera, sufrió el terremoto del sesenta, que fue su situación más trágica, y luego la carretera, la panamericana que pasaba por Valdivia se desvió y paso por otro lado y Valdivia quedo encerrado en una situación en la cual para ir a Valdivia hay que salir de la carretera. Qué quiere hacer ahora el sistema? La lógica del sistema de obras publicas quiere establecer peajes en las tres carreteras que salen de Valdivia, esto significa a lo mejor, que los turistas que deberían venir a Valdivia van a tener que pagar peajes, pero también significa que los pobres valdivianos están encerrados en torno a tres peajes, una ciudad que tiene un nivel de vida muy inferior a la de Santiago, donde hay niveles de cesantía muy importante. Por lo tanto uso el ejemplo para decir que no hay visión de Estado para el desarrollo del país. Y el crecimiento ha sido un crecimiento extraordinariamente importante, pero sobre la base de aprovechar coyunturas internacionales en las cuales habían segmentos muy favorables.

Las regiones viven otro mundo, es otro planeta. Hace algunas semanas atrás, un informe de la Universidad de Harvard, publicado en El Mercurio, dijo que Chile no era un país con riqueza, sino que era un país con dinero. Y el informe es preocupante porque efectivamente muestra que si bien la economía ha sido muy bien manejada, si bien el gasto fiscal ha sido controlado de manera muy rigurosa, si bien se ha procedido a tomar medidas para protegerse con medidas anti cíclicas para enfrentar las crisis. Y Chile ha enfrentado muy bien la crisis desde el punto de vista contable, y es un país con finanzas enormes. Todo eso tiene que ver con el hecho de que Chile está viviendo hoy día cada vez más gracias al cobre en sus exportaciones.

 

PL: Qué pasa con el desarrollo humano de la sociedad chilena? Falta cambiar las instituciones para avanzar en ciertas reformas?

Juan Gabriel Valdés: La única solución es tomar algunas medidas que son en ese sentido radicales, no en el sentido de estridentes o callejeras. Sino que medidas que tienen que ser muy seriamente considerada por la clase política, a quien yo considero bastante pérdida, en el sentido de que ha estado desorientada.

La primera medida es el cambio de la constitución y del sistema binominal, porque ahí está el secreto del problema. En la medida, en que existe un sistema que amarra a la ciudadanía a escoger solo entre dos opciones, que están predeterminadas por los partidos. Y no es solamente anti democrático sino que impide que se reforme la estructura social y la estructura política. Porque esto significa básicamente, que una oposición que tiene el 30% de los votos tiene el mismo poder en el parlamento con los que tienen el 50% de los votos o el que tiene 70% de los votos. Esa cosa que el que tiene 68 pesa lo mismo que el que saca 28% de los votos, eso no puede ser! Entonces esa situación es la que hay que cambiar.

Segundo, los quórum dejados por Pinochet para reformar la constitución son altísimos, mientras los mantenemos, no podemos tocar la constitución. Por lo tanto, la idea del Estado subsidiario que esta puesta en la constitución y que es una idea que mezcla un cierto pensamiento católico medieval con un pensamiento franquista con tonalidad fascitoide, hace que el Estado no puede intervenir porque el Estado tiene que estar fuera. Fue el matrimonio neoliberal con el mundo de Franco en la derecha chilena. Por lo tanto, la capacidad de avanzar depende de una reforma política. Además, yo estoy convencido de que este país no puede seguir con una estructura de impuestos, tributaria, como la que tiene. Son demasiado bajos los impuestos que pagan las empresas, aquí deberíamos avanzar en esa materia y ser muchísimo más cercano a los niveles de los países de la OCDE. No es evidente de que eso vaya a ser fácil, pero si no se hace va a ser muy imposible financiar las reformas.

En tercer lugar, los partidos, las estructuras políticas tienen que renovarse, pero eso significa cierta disciplina interna. Yo estoy convencido que el neoliberalismo invadió el parlamento en el sentido siguiente. La idea de la competencia de todos contra todos como una suerte de mercado, es la que tiene varios parlamentarios que se llaman a sí mismos díscolos y que son parlamentarios que parecen ser de izquierda, pero que lo único que les interesa es su propia lógica, y por lo tanto están dispuestos a destruir cualquier proyecto colectivo por su ambición personal.

 

PL: Qué pasará en el 2014, le preocupa a usted que pueda surgir un candidato antipartidista, dado la falta de legitimidad que tienen los dos referentes políticos chilenos (Concertación y Alianza)?

Juan Gabriel Valdés: Hubo, y es muy probable que Marco Enríquez vuelva a repetir esa experiencia. Yo creo que en Europa hay una visión bastante equivocada de Marco Enríquez, hay una visión de su proyecto como una versión de renovación socialista, de la gente joven que se siente aplastada por los viejos, yo no tengo esa percepción. Yo tengo la percepción de que él dice muchas cosas que son ciertas, pero en política no solo importa lo que se dice, sino la manera como se dice y el objetivo con que se dice. Yo tengo la sensación de que no hay un proyecto de renovación de la Concertación y de reforma de la concertación, sino que ha habido una proyecto de destrucción de la Concertación. Y eso se parece mucho más a las tareas que han cumplido algunos líderes populistas de América Latina que han llamado a la destrucción de los partidos y a la descalificación de todos los dirigentes u organizaciones, y que tienen una especie de combinación entre políticas de izquierda con políticas de derecha. El hecho concreto es que eso todavía no se perfila, Marco Enríquez lo perfilo en un momento, pero si lo va a volver a perfilar en el 2014, no lo sé. Pero tengo la impresión de que se pueda producir una avalancha bacheletista, y la pregunta es muy razonable, qué va a significar esa avalancha bacheletista? La Concertación todavía se niega a discutir programas y proyectos, e incluyo el Partido Comunista. Me dirán que por cierto el PC no está en la Concertación, pero es verdad de que esta cada día más cerca de la Concertación. Por lo tanto yo veo una oposición más amplia, y esa oposición por alguna razón es incapaz hasta ahora de hacer un trabajo intelectual entorno a propuestas de reforma. Mucha gente dice que no es el momento, pero van dos años del gobierno de Piñera, yo creo que es muy importante de que esa Concertación tenga propuesta.

 

PL: Es creíble y positivo un retorno de Michelle Bachelet a la política, o a la presidencia?

Juan Gabriel Valdés: Yo creo que absolutamente. Hay un factor que las personas no toman en consideración normalmente. La gente tiene la percepción de que cuatro años es muy poco, y que es muy injusto lo que le paso, de estar gobernando cuatro años, esa es la idea. Estoy hablando de mitología, estoy hablando del mundo de las percepciones, de las sensaciones y de los afectos. Pero es evidente que detrás de ese apoyo que aparece en las encuestas, que es muy fuerte, y que naturalmente yo no creo que vaya a ser el mismo que vaya a recibir en el proceso electoral. Pero detrás de eso hay una especie de aspiración a un mundo en el cual la política era menos brusca, menos radical, y en que la gente tenía más respeto por unos y otros y en que había una figura más maternal. Ahora, obviamente Michelle Bachelet, es un dirigente con mucha experiencia, y pienso que si la Concertación llega a un punto de desintegración, o se produce un cuadro critico, es muy probable que ella no va a hacerlo. Pero yo creo que sí, yo creo que es viable de que Michelle vuelva, y por otro lado se me ocurre difícil que si las condiciones actuales se mantienen en términos de apoyo, ella diga que no. La otra alternativa que tiene es decir que tiene un cargo internacional pero que la gente no quiere oír. La gente quiere oír que ella va a volver.

PL: Muchas gracias.

Juan Gabriel Valdés: Gracias a ti.

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